El comportamiento hostil intraespecífico agresión y guerra.


Capítulo 5
El comportamiento hostil intraespecífico agresión y guerra.
La historia de la humanidad es, entre otras cosas una historia de guerras. La guerra infligió a los hombres sufrimientos sin límites y destruyó bienes culturales insustituibles.
Podemos definir como agresivos aquellos patrones de comportamiento por los que los hombres o los animales imponen sus intereses contra la resistencia de otros, es decir, tratan de hacer su dominio. En estos casos la creación se aplica instrumentalmente en contextos funcionales muy diversos: para lograr por la fuerza el acceso a determinados recursos, para poner fuera de combate a los rivales, etc. los impedimentos que se oponen a una conducta orientada hacia una meta provocan agresiones cuyo fin es el abuso de esos impedimentos. Se ha de distinguir la agresión inter específica de la intraespecífica. La presión intraespecífica está con frecuencia ritualizada. Los daños excesivos editan en ella mediante actitudes de amedrentamiento y combate ritualizado: seguir el comportamiento agresivo forma, junto con los modos de conducta de la sumisión y la huida, el en tramado de efectos superiores del sistema acorde al a hostil.
Teorías sobre la agresividad
El comportamiento agresivo de los animales está decisivamente determinado para adaptaciones filogenéticas. El comportamiento de luchas está a menudo tan ritualizado que ninguno de los contendientes sufre lesiones corporales los animales ni en sus fuerzas en combates de torneo de acuerdo con reglas fijas y modo incruento hasta que uno de ellos advierte que el otro le supera y cede o hasta que es arrojado fuera.
El modelo etológico de la génesis de la agresión pone a debate la idea del carácter adaptativo filo genético del comportamiento agresivo y combina los hallazgos de la investigación biológica el comportamiento con los de la teoría del aprendizaje y de la hipótesis de la frustración agresión. Rechaza así, además, la objeción de que el recurso a lo innato daría paso al fatalismo, pues no sólo reconoce la influencia de la educación sino que la consigue sino que la considera una de las condiciones para conseguir un control eficaz de la agresión. La referencia o programación estilo genética será una ayuda para lograrlo.
No conocemos aún el grado de terminación filo gene que, pero está comprobado que tanto en el campo de la motricidad como en el de la percepción situaciones de estímulo desencadenante y los mecanismos motivadores subyacen altas en el filo gene y que es. Los hombres experimentan en su disposición para actuar agresivamente oscilaciones que deben depender de factores desencadenantes internos, pues no es posible descubrirse en el entorno oscilaciones correspondientes. La apetencia alguna al y la catarsis puede demostrarse experimentalmente esta última en cuanto efecto cortó plazo cuyo resultado a largo plazo será un adiestramiento del sistema. Aún están por aclarar los factores que intervienen en la motivación endógena del comportamiento agresivo.
Las a minas cerebrales podrían ejercer junto con las hormonas, alguna función en la actividad espontánea de los sustratos neurales que activan las tendencias agresivas y, en casos patológicos, la creación espontánea e incontrolable.
Aspectos funcionales del comportamiento agresivo.
Ya hemos aludido de diversas maneras al hecho de que el comportamiento agresivo cumple funciones determinadas. Hemos hablado de la agresión territorial de la defensa de la propiedad y de los vínculos sociales, de la agresión dirigía el mantenimiento de las normas, de la defensa de las posiciones jerárquicas y otros asuntos más. Pero con ello no se han agotado en absoluto esas funciones. Señalemos expresamente una vez más que el comportamiento agresivo puede ponerse al servicio de tareas muy diversas como acción instrumental y que representa fundamentalmente una estrategia con ayuda de la cual es posible superar una resistencia opuesta a una acción que aspira alcanzar una meta este comportamiento puede, por tanto, ayudar a eliminar a un rival y a conseguir así una pareja pero también a conquistar un puesto o a defenderlo.
Un modo de agresión altamente importante por su función para el adolescente pero a menudo no reconocida es la agresión investigadora y exploratoria la cual consiste en ir en aumento cuando no se le ponen límites. La estrategia de la agresión exploratoria no se limita a la edad infantil los jóvenes pero también los jefes de estados desinformados y los miembros de subculturas, se relacionan con su medio de esa misma manera. También aquí se puede afirmar que la negación de una respuesta conduce a un incremento de la interpelación.
En conclusión el comportamiento agresivo se emplea instrumentalmente para la consecución de metas muy diversas. La agresión exploratoria es de una importancia social muy singular; por ella los niños y los jóvenes ondean su ámbito de posibilidades de acción. Los estados jóvenes recurren a la misma estrategia exploratoria en las relaciones internacionales. La exploración agresiva incita al diálogo. Pero, si falta la respuesta, se produce una escala en la actitud interrogatorio. Muchos educadores y políticos desconocen este mecanismo de acción de lo cual genera conductas mal adaptadas.
Socialización del comportamiento agresivo
Muy al contrario, siempre hemos insistido en que la agresión no sólo cae dentro de las posibilidades del control educativo, sino que necesite incluso urgentemente de él, puesto que sus controles innato no son un seguro suficiente. Esto vale también para otras áreas del comportamiento manifiestamente intensivo. Pensemos tan sólo en los comportamientos sexuales. A  partir del carácter evidente mente y nato del impulso sexual nadie llegaría a la conclusión de que se haya de aceptar como algo inmodificable, permitiendo y disculpando su libre desahogo. Todo comportamiento pulsión al es susceptible de cuidados educativos la agresión se socializa de diversas maneras en las distintas culturas según las exigencias de su especial ecológica.
En conclusión la disposición agresiva puede ser fomentada, dirigida hacia determinadas metas o también reprimía por medio de la educación. Los pueblos guerreros refuerzan las virtudes bélicas con cánticos y relatos, exigen a menudo obediencia, ejercitan para la lucha y promueven la disposición a ejercer la represalia. Los niños que experimentan atenciones por parte de sus padres se hallan dispuestos en general a identificarse con el rol del progenitor de su mismo sexo y a asumir los valores de su cultura, tanto si son guerreros como pacíficos.
El duelo
Los vuelos o desafíos entre dos personas son formas culturalmente reguladas de enfrentamiento deportivo o serio. Pueden adoptar formas muy diversas y se practican además preferentemente entre varones. Las luchas entre mujeres, al margen de las disputas verbales, rara vez son ritualizadas.
Australia es el único país en el que existe esta excepción, también otras culturas se agreguen las mujeres con los bastones de cavar. Pero modo poco ritualizado. En sus riñas se agarran del pelo y los pendientes se arañan y muerden pero, por lo general se atacan de palabra.
En conclusión los enfrentamientos armados y sin armas entre varones, Irma rara vez entre mujeres, se dirimen de forma ritualizada en el duelo. En esencia se trata de conversiones culturales cuya función es permitir la lucha deportiva o, en casos de duelos más serios, obtener resultados claros, impidiendo al mismo tiempo daños excesivos y una escalada de violencia por la implicación de otras personas. Esto sólo llega a su grado máximo de ritualización en los desafíos versificados y cantados.
Agresión intergrupales - la guerra
Definición: definimos la guerra, siguiendo a Q. Wright, como un conflicto armado entre grupos. Mientras la agresión individualizada entre miembros del grupo se haya regulada de tal modo por medio de adaptaciones si lo que me y que es, incluso en el hombre que se consigue evitar una escalada que lleve a la destrucción, la agresión intergrupales tiene justamente como característica su intención de lesionar y hasta de muerte a los enemigos mediante el empleo de armas. Para ello se deberán desactivar los mecanismos biológicos inhibitorios de la agresión, que utilizan señales de sumisión y de sus recursos de aplacamiento, creación de análisis y compasión.
Las disposiciones presentes en la práctica de la guerra son:
1.    la tendencia a apoyar con lealtad a otros en grupos cerrados.
2.    La disposición para reaccionar agresivamente ante la amenaza contra miembros del grupo.
3.    La motivación, especialmente presente en el varón, para luchar y dominar.
4.    La proclividad a ocupar territorios y defenderlos.
5.    El temor al extranjero, es decir, la respuesta a las señales aduanales de los congéneres.
6.    La intolerancia ante las desviaciones de la norma del grupo.
La guerra, definida como agresión grupal destructiva, el resultado de la evolución cultural pero, por eso mismo, puede ser también culturalmente superada. Se sirve de algunas disposiciones universales del hombre, como su emocionalidad agresiva y su disposición para la defensa del grupo, su aspiración al dominio, su tendencia a la territorialidad, su propensión a responder a las señales aduanales de los extraños y otras más. Pero todo esto nunca conduciría a la guerra que presupone más bien planificación, caudillaje, armas destructivas y superación de la compasión mediante la des humanización del adversario. El hombre resulta ser fácilmente adoctrina hable en su punto. Algunas normas básicas, como la inhibición del homicidio la norma de la propiedad, actúan en contra de la guerra. Los filtros normativos culturales se superponen a ellas pero no llegan a desactivar las. El conflicto de normas se siente como conflicto de conciencia. No hay duda de que es uno de los principales resortes para la humanización de la resolución de conflictos mediante la creación de conversaciones y, en definitiva, para el establecimiento y mantenimiento de relaciones pacíficas. Estas convenciones responderían a la estructura motivacional del hombre, que es constitutivamente pacífico, pero la paz presupone que se conozcan los cometidos que cumple la guerra y no se la descalifique tachando la simplemente de degeneración patológica, las funciones que hasta ahora cumplía la guerra: el respeto de los límites territoriales y la seguridad de los recursos. 


 Mirada fija y amenazadora: en esta lo que se haces clava la mirada hacia el otro de forma amenazadora, su frente se frunce  ligeramente, formándose pliegues verticales. Esto parece ser un gesto típico de la mirada fija que amenazadora sin cambio de lugar. Y con ella se muestra una secuencia de conflicto.

En los enfrentamientos, el contrario suele acabar en por los suelos. Los lactantes y los niños de cortada denominan ya esta técnica. Aquí un niño ataca su compañero de juego. El atacante se encontraba en su propia casa. El agredido se había apropiado de un juguete el atacante; su compañero lo agarra muy fuerte y comienza a golpearlo. El agredido se defiende y el atacante sigues agresión con mirada desafiante; tienen algunos compañeros a defender a su amigo.  
 
Con esta mirada amenazadora se adoptó una mímica agresiva contra algún compañero. Las cejas, se levantan los labios se cierran, las comisuras se retraen lentamente. Cuando alguien arrojó una piedra u otro objeto, levanta las cejas de manera parecida, seguramente con la intención de ver bien. También aprieta los labios, cosa que siempre hacen las personas contra realizar un esfuerzo corporal.